La historia es una materia inagotable para crear ficción, desde un mínimo acontecimiento histórico puedes crear y representar un momento pasado, todo un mundo híbrido de imaginación y hechos y personajes que sí ocurrieron. Pero, si esta es tu primera novela histórica (hayas escrito o no ya una novela sin el apellido histórica), hay cuestiones que hay que plantearse al principio y que van a imprimir un estilo único a la novela. Para ayudarte, he preparado el artículo «8 primeros pasos para escribir una novela histórica».

Debido a que llevo tiempo analizando y corrigiendo novela histórica, me he dado cuenta de lo importante que es el planteamiento inicial, el antes de pasar a la acción de la escritura, y ese es el fin de este artículo, ya que la falta de consistencia y el sentido de la novela es mucho más difícil de enmendar a la hora de reescribir o corregir.

Leer novela histórica

Considero que este paso, aunque no imprescindible, sí es uno de los pasos para escribir una novela histórica que no sea repetitiva, que no caiga en los tópicos y que aborde un periodo o un acontecimiento desde diferentes perspectivas y voces. Por ejemplo, la Roma antigua, que tantas novelas la recrean, y tú quieres escribir otra, tendrás que saber qué puedes aportar; es como si fuera un estado de la cuestión.

¿Tienes que leerte todas las novelas que se hayan escrito de ese periodo? No, claro que no, eso sería una locura y nunca escribirías tu libro. Pero elige una muestra, diez títulos más o menos, y seguro que, según los leas, encontrarás puntos comunes y diferentes. ¿Con cuáles te identificas? ¿Cuáles quieres tratar de otra manera? Sobre todo, te va a servir para detectar los tópicos y lugares comunes, que te recomiendo que huyas de ellos.

Saber si quieres escribir novela histórica o una novela con ambientación histórica

Déjame preguntarte qué peso tiene o va a tener la historia en tu novela. Porque prácticamente todas las novelas se sitúan en un periodo histórico, incluida la novela contemporánea, ya que todas necesitan un marco espacial y temporal. Por ello te pregunto: ¿lo que quieres es que una narración mantenga o transmita una ambientación histórica como unas coordenadas por las que se desarrolla la trama y los personajes? ¿O el protagonista de la novela es un personaje o un acontecimiento histórico y como consecuencia la trama y la narración quedan atadas (y casi supeditadas) al protagonista?

¿Qué depende de ello? Por ejemplo, si lo que quieres es escribir una novela con ambientación histórica, quizás no necesites profundizar tanto en la documentación y que te valga con investigar fuentes secundarias. También depende de ello que te puedas permitir una mayor o menor libertad en los anacronismos, al igual que la libertad en la construcción de la trama (diégesis) y de los personajes.

Conocer qué caracteriza a una novela histórica para poder romper o no con la novela histórica

Para esta cuestión, es imprescindible que leas el artículo «Poética de la novela histórica como género literario» de Celia Fernández Prieto, en el que señala lo siguiente: «No se pretende ofrecer un modelo ideal, un architexto al que las obras tendrían que ajustarse para ser consideradas como novelas históricas». Y yo te digo que es interesante conocer las características de una novela histórica para que puedas pensar y trabajar tu propio concepto de novela histórica.

Un rasgo de la novela histórica es que los autores, ya sea en un prólogo o en una nota de autor, le dejen claro al lector su posición ante la historia y ante ese acontecimiento que narra, si lo ha manipulado, si lo ha respetado al máximo; incluso puede que nos cuenten qué fuentes han manejado. Queda más claro el tipo de pacto al que llegan autor y lector.

Otro rasgo que indica Celia Fernández Prieto en ese mismo artículo: «Se detecta el predominio de títulos muy denotativos […], tales como el nombre propio del personaje histórico protagonista o la referencia directa ya a la época del pasado en que transcurre la acción ya al acontecimiento histórico evocado».

Así, este género literario, por un lado, se sustenta en «la coexistencia […] de personajes, acontecimientos y lugares inventados con personajes, acontecimientos y lugares procedentes de la historiografía», por otro lado, en «la localización de la diégesis en un pasado histórico concreto, datado y reconocible por los lectores merced a la representación de los espacios, del ambiente cultural y del estilo de vida característicos de la época». Por último, «la novela histórica no se refiere a situaciones o personajes de la actualidad, sino que lleva a sus lectores hacia el pasado, hacia realidades más o menos distantes y documentadas históricamente».

A todo lo dicho por Celia Fernández Prieto añado las expectativas del lector que en otro tipo de novelas no es tan determinante: puede que busque aprender sobre una época, solo entretenimiento, reafirmar su ideología política o que le lleve a la reflexión, entre otras expectativas. ¿Esto te debe obsesionar? No, pero saber que esto sucede no te va a estorbar.

¿Qué uso quieres hacer de la historia?

O, mejor dicho, ¿cuál es la postura de esa novela que vas a escribir frente a la historia oficial (la que aparece en la historiografía)? ¿Se sigue fielmente, se parodia o se transforma hasta que lo único que queda es el nombre propio de un personaje histórico? Todo depende del sentido de la novela, de lo que se persiga con ella. Cuál es la finalidad se pregunta José Jurado Morales en Reflexiones sobre la novela histórica: «¿entretener?, ¿entender el pasado?, ¿entender el presente?, ¿ostentar erudición?, ¿dar una versión veraz de lo ocurrido?» (p. 10).

Esto te puede llevar a plantearte el concepto de «verdad»; esto es lo que dice M.ª Carmen África Vidal Claramonte en Reflexiones…: «Lo que pone en tela de juicio la posmodernidad es que la historiografía sea una actividad inocente» (p. 186). Y en la misma obra nos dice Celia Fernández Prieto: «a) la propuesta de historias alternativas, apócrifas o contrafácticas sobre sucesos o personajes de gran relevancia histórica […]. Pero la novela histórica postmoderna manipula el relato histórico original con el propósito de poner en evidencia su carácter textual y narrativo; c) la multiplicación de los anacronismos cuyo objetivo es desmontar el orden cronológico supuestamente natural de la historiografía» (p. 175).

Saber qué periodo, personaje o acontecimiento histórico quieres tratar

Parece muy básico, pero en realidad lo que quiero señalar aquí es que no se aborda igual una novela histórica que se centra en un periodo, en un personaje o en un acontecimiento histórico.

Por ejemplo, si te interesa retratar un periodo, la trama y el movimiento de personajes es mucho más libre que si te centras en un personaje o acontecimiento; también, el lector no te va a pedir explicaciones de por qué has cambiado fechas, lugares o nombres. Y esto me lleva a la siguiente cuestión.

La novela histórica lleva mochila

Hay un tema interesantísimo de la novela histórica que no tiene por qué ser ni bueno ni malo y que podemos llevar a nuestro terreno: el lector tiene un conocimiento de la historia, puede ser más básico o más profundo, pero en cada época va a tener connotaciones positivas, negativas o neutras (si es esto posible). Lo que sí está claro es que ese nombre, lugar o acontecimiento no es inocente en el sentido de que al lector se le va a activar en su mente con todo lo que piensa sobre él. Este punto está muy relacionado con la finalidad que persiga la obra; ya que conocer qué connotaciones carga puede utilizarse, por ejemplo, para parodiar o crear una historia alternativa o una ucronía.

Conocer fuentes primarias y secundarias para documentarte

Para escribir una buena novela histórica, ya vayas a seguir fielmente la historiografía, ya escribas una parodia o una contrafáctica, vas a tener que documentarte muy bien. Sin saber qué tienes que parodiar o qué tienes que cambiar, no vas a poder escribir una novela que se sostenga, que sea creíble. Además, como ya indico antes, el lector tiene unos conocimientos básicos que se van a ir activando según lea la novela y deberá entender el pacto al que quieres llegar.

Así, tendrás que saber que están las fuentes primarias (las creadas en la época: censos, cartas, actas, leyes, tratados…) y las fuentes secundarias (creadas con posterioridad a la época y por historiadores e historiadoras y otros agentes culturales: manuales, ensayos, diccionarios, congresos, exposiciones, creaciones literarias…).

No te olvides de que una novela histórica es una novela y no la clase de Historia: es ficción

Aunque te parezca una obviedad, no se debe olvidar que incluir todo lo que se ha investigado puede conllevar un exceso de descripciones y una profusión de detalles que impedirán que la narración avance y el lector tenga la sensación de que acude a la clase de Historia en vez de leer una novela.

Tener esto en la cabeza desde un principio puede ayudar a cribar la información y pensar en lo que de verdad sirve para que los escenarios, los diálogos, la plasmación de las ideas sean creíbles y trasladen a una época, que ayuden a respirarla. El hecho de suprimir personajes, monumentos, lugares… puede resultar doloroso, sin embargo, hay que pensar si la obra fluye o no.

Bibliografía y webgrafía para escribir tu novela histórica

Biblioteca Nacional de España. (s. f.). Novela histórica. Guía de recursos bibliográficos. https://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/novela_historica/

De Miguel, M.ª A. (2014). Cómo escribir una novela histórica. Alba.

Fernández Prieto, C. (1996). Poética de la novela histórica como género literario. Signa, 5, 185-202. https://www.cervantesvirtual.com/portales/signa/obra-visor/signa-revista-de-la-asociacion-espanola-de-semiotica–13/html/dcd92ce0-2dc6-11e2-b417-000475f5bda5_27.html

Fernández Prieto, C. (2004). El anacronismo: formas y funciones. En M. de Fátima Marinho (org.), Actas do Colóquio Internacional Literatura e História (pp. 247-257). Faculdade de Letras do Porto.

Jurado Morales, J. (ed.). (2006). Reflexiones sobre la novela histórica. Universidad de Cádiz.

Lukács. (1976). La novela histórica. Grijalbo.

Como ves, el mundo de la novela histórica es muy rico en matices y planteamientos, por lo que no es una cuestión baladí, así, espero que con el artículo «8 primeros pasos para escribir una novela histórica» te haya ayudado a disipar tus dudas y te dé ese empujón para escribir tu novela.


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