Cuaderno de campo, poemas para aprender el ancestro del dolor y estar en trance entre la vida y la muerte, o cómo hacer que un organismo se adapte a la vida.
Por fin tengo en mis manos el poemario de María Sánchez, es más, ya está lleno de muescas y de arañazos, tan poco tiempo conmigo, apenas dos semanas y ya hemos hecho frente al dolor y la tradición al menos tres veces, en un interesante proceso de lectura en el que eres como un organismo tratando de adaptarse a la vida.
Tanta era mi expectación por los artículos que he leído escritos por ella, como el de Los científicos que murieron de hambre rodeados de comida(1), y de los que siempre se desprendía un misterio, un instinto de la vida, que aparentemente no conlleva raciocinio, que ya no podía esperar más. Ahora veo que en sus poemas llama al subconsciente y saca de él todo el misterio, todo lo extraño que llevamos dentro y que no lo sabemos, nos saca todos los rituales ancestrales, esos que nos salvan y a los que nos agarramos, que van en el ADN.
María Sánchez entra a formar parte de la larga lista de poetas que hay ligados con la ciencia y la medicina (ella es veterinaria de campo) como Carlos William Carlos, Paul Celan (aunque no terminó sus estudios), o Primo Levi, que menciona la misma autora en el libro. Es extraña esta simbiosis, o quizá no, porque cada disciplina se encarga de estudiar la vida desde diferentes ángulos.
No sé cómo se concebirá la muerte en un futuro, pero en la actualidad parece que solo encontramos adjetivos, nombres, verbos, que tienen que ver con la quietud, el silencio, el frío, un acto en soledad; aquí es donde la poeta rompe, porque dota al concepto, nombre y/o acción llamada muerte, de cuerpos calientes, de canciones, de pieles de lobo colgadas en la puerta, también hay algún silencio, pero un silencio de ritual, de comunicación con el dolor, y lo convierte casi en un acto comunitario.
El concepto dolor anega estas páginas en forma de familia, animales, vísceras, cuerpos calientes, sangre, hambre, amor, luz. «Porque habéis aprendido como esa especie de / pájaro a construir solo el nido en árboles que se / preparan para morir», (pág. 62) Y esto me lleva a plantearme, ¿no sabemos vivir sin dolor?¿Y si el dolor es un organismo vivo?¿Un organismo vivo que llevamos siempre con nosotros?, que se reproduce con La primera mancha; que sobrevive con el Monólogo acerca del instinto y de la entrega; que come gracias a La mano que cuida; que crece por Los favoritos de la luz; que se defiende y lucha gracias a que: Escribo nido no pecho no carne no cielo; que enferma y entonces Los animales buscan sitios difíciles para morir; y el dolor, este organismo vivo, que va dentro de nosotros, muere con La última herida. (2)
Son muchos los temas y comportamientos humanos los que se pueden extraer de un libro con trasfondo y con ideas, como este, pero me voy a centrar en cómo escribe la relación entre el dolor, la familia, la naturaleza en confluencia con la mujer, cómo el sujeto mujer responde a todo ello. Observo que lo hace desde su yo, desde su voz, que es de mujer, sin pretensiones de ser universal, y ni falta que le hace, pero sí que refleja en su poesía un ahora extendido en la sociedad. Se está produciendo actualmente un cambio en la mirada en la sociedad y ello se refleja en su literatura. Así, parece que la mujer se quiere desprender de la culpa de no poder satisfacer todas las necesidades, y donde la mujer en la poesía ya no es solo flores, dulzura o cuerpo sensual, sino que puede significar «hambre» y «dolor». En uno de los poemas podemos leer: «sí todos los animales que he alimentado como / los hijos que no tengo, / porque ya sabe, / yo soy un vientre vacío, mamá / y no soporto que escribáis sobre vísceras y ve- / nas sin haberlas tocado» (pág.59).
POSTDATA:
¿Qué es entonces lo más interesante de la poesía de María Sánchez? Saber mantener el diálogo entre la tradición y la contemporaneidad. Pareciera que toma de la mano a la tradición y le dice, de acuerdo, aquí estás, no te voy a eliminar, porque de ti se aprende, pero ahora yo también formo parte de ella y vas a tener que asumir que soy mujer, que no solo cuido, sino que también puedo producir dolor, pero que también curo, que soy una persona completa, no solo da vida, sino también muerte, es reclamar la capacidad de decidir sobre ella misma, verla como una adulta.
Cierro el libro, veo las flores dispersas, sin tocarse, de la portada del libro, y pienso en este verso: «venid que yo os enseñaré a tener siempre / hambre». Pocos versos con tanta fuerza y con tanta enseñanza sobre la vida he leído y este es uno de ellos.
FICHA TÉCNICA:
Título: Cuaderno de campo.
Autora: María Sánchez.
Editorial: La Bella Varsovia.
Año de publicación: 2017.
Páginas: 90.
Biografía de la autora: María Sánchez nació en Córdoba en 1989. Es veterinaria de campo. Sus poemas han sido publicados en revistas y antologías como Apuestas (La Bella Varsovia, 2014). Colabora habitualmente en medios digitales y de papel sobre literatura y ganadería. Sus poemas han sido traducidos al francés, portugués y al inglés.Cuaderno de campo (La Bella Varsovia, 2017) es su primer poemario.(3)
Su página web es: www.maria-sanchez.es
NOTAS:
(1)Artículo que escribió para Gonzoo en abril de 2015.
(2)Títulos de los capítulos de los que se compone el poemario.
(3)Biografía extraída de la editorial La Bella Varsovia.